domingo, diciembre 29, 2013

Inapetente

No sabes lo grande que se me hacen las pizzas ahora.
No es la falta de hambre,
es la ausencia de ti.

Se lo he dicho a la señorita que me atendía.
- Debe haber un problema, no recibo llamadas.
- ¿Usted tiene amigos? Me ha preguntado.

La gente todavía cree que la amistad existe,
este mundo no dejará nunca de sorprenderme.

Caduca la despensa sin tus manos,
mi boca sin tu boca
y el orgullo.
En los cajones faltan tus caricias,
en las cucharas el aire de tu aliento.

Tenía voz de croissant de chocolate.
- No, no tengo amigos señorita. Le dije.
- Entonces quizás es problema suyo, no del teléfono caballero.

En la alacena llora una manzana,
me observo en el reflejo de un cuchillo
era más guapo cuando estabas cerca
y eras más cerca cuando estaba guapo.

Le faltan ingredientes a este plato,
azúcar al café del desayuno,
al click del microondas tu sonrisa.

A mí todo tu amor y el apetito.

lunes, octubre 28, 2013

Desamor

Varias de las mejores cartas que he escrito jamás han sido respondidas.

Y eso es lo que sé del desamor.

jueves, septiembre 12, 2013

Just being

It's been a while since I felt happy. A long time, actually.
Even worse, I'm not even unhappy .
I just am.

That's really, really sad...

domingo, agosto 11, 2013

Dijiste

- Serías la última persona del mundo a la que amaría ahora.
Eso dijiste.

No reproché nada,
porque exactamente a mí también me ocurre lo mismo.

Que soy la última persona,
a la que amo.

sábado, julio 27, 2013

Culpable

Me declaró culpable. 

Culpable de buscarte,
de encontrarte y perderme...
De llamar a tu puerta,
de hurgar en tu mente.

De romper el silencio
que ahondaba en tus días
y camuflado de tiempos
calaba la herida.

Me declaro culpable. 

De soñar que eres mía,
de pensar en tus besos
que han sido el oasis
de mis más puros deseos. 

Me declaro culpable
de quedarme a tu lado.
Porque soy inocente
al amarte tanto.

jueves, julio 18, 2013

Costumbre

Quería un poema que se llamara como ella
pero de tanto llamarla "cariño"
había olvidado su nombre.

domingo, julio 14, 2013

Decir adiós

Decir adiós no es una frase. Implica abandonar una parte de tu vida para comenzar una nueva. Dejar no solo a la persona de quien te despides sino todo lo que te ata a ella no significa olvidarle. Debe ser lo contrario, pero sin dolor.

Para decir adiós debes estar completamente seguro de quererle fuera de tu vida. Que te diriges a un camino donde no hay cabida para los dos. Pero, sobre todo, debes asegurarte que esa despedida es para ambos el capitulo final de un libro de recuerdos que llevarán toda su vida.

Si no estás convencido de ello es inútil decir adiós a quien quieres, pues ello dejará de ser un hecho para convertirse en una frase fría y vacía. En vez de hacerte mas fuerte, te desgarrará el alma quedarte con la duda del qué habría pasado. ¿Y si en lugar de abandonar y rendirse hubieses luchado? Y esa es una duda que con el tiempo se convierte en frustración, en un capitulo vació que te esforzarás por borrar y entre tanto intento terminas por recordar aún mas.

Dicen que recordar es volver a vivir, y volver a vivir un capitulo triste de tu vida te hará temer cada día mas en volver a equivocarte con alguien.

¿Estas seguro que decir adiós a esa persona es un hecho que te conlleva a ser una persona feliz, realizada y sobre todo consciente de vivir su vida plenamente y que el día de mañana recordarás a esa persona sin atormentarte?

Analiza y cuestiona antes de tomar una decisión, pues esto te ayudará a crecer como ser humano. Hoy y siempre.

sábado, julio 13, 2013

Para una niña hermosa

Sonrisa tan inocente
y más hermosa que un ángel
en el más hermoso amanecer.
Sus ojos resaltando la alegría de la vida
porque no piensa más que lo más bonito del día
diciendo tantas palabras aprendidas
o unas pocas,
muy sencillas,
como un simple te quiero
es suficiente,
para quererla toda la vida.

En el mundo no existiría arena en el mar
ni persona en la tierra
que llenara el vació que dejaría ella.
Reflejando los colores está su corazón,
viajando en una nube está en sus sueños,
rozando las estrellas cada día con sus dedos
y no necesita más,
que el amor más sincero
para verla sonreír
tal sonrisa,
que ilumina al mundo entero.

- para Fer

miércoles, julio 10, 2013

Terrible...

Terrible darte cuenta que el monstruo que durante décadas te persiguió en pesadillas no es otro sino tú.

Y al fin te alcanzó…

viernes, julio 05, 2013

Hola extraño

¿Cómo comenzar una conversación que no ha empezado nunca? ¿Cómo puedo saber qué quieres de mi si no me lo dices...?

Anda, intenta un respiro profundo, para ver si sale un poco de voz de esa garganta seca. Anda. ¿Qué esperas? Quiero oír tu voz. Quiero escuchar de esos labios un breve susurro. ¿Tienes miedo? Anda, dime. No temas, no te haré daño.

¿Sabes? Me agrada tu compañía aunque sea fría. No me molesta que estés aquí. Al principio sí sentía un poco de miedo. Me asustaba el roce de tus manos en mi piel, era muy frío. Pero hoy me di cuenta de que, tal vez, no eres tú el que necesita mi compañía si no yo. Tal vez Dios te envió para que me cuidaras. O tal vez te envió para guiar mi vida hacia un buen camino. Pero, ¿dónde se encuentra ese camino?

¿Cómo voy a saber lo que sientes? Si no me hablas, no te puedo oír. Necesito oírte, aunque ¿sabes? La compañía silenciosa es linda, solo espero no llegar a herir tu alma, ya que suelo lastimar a las personas que amo sin querer y no me gustaría perder un amigo de nuevo.

Lamento el haber mojado tu cara. Es solo que estabas muy cerca de mis ojos, que en ocasiones necesitan vaciarse porque están cansados de mirar. 

No te asustes. Prometo tratar de no lastimarte y quiero empezar de nuevo. ¿Qué te parece mi idea? Está bien, comenzaré yo, ya que no puedo oír tu voz. 

- Hola extraño. Me agrada ver tu sombra en la pared de mi habitación, aunque me encantaría poder verte en persona...

domingo, junio 30, 2013

Por mi parte

Me dispongo al fin a olvidarme de ti, a esconder bajo una gruesa capa todo lo que recuerdo.

Una tonada cantada a coro, un monólogo de por qués sin respuesta, un pastel de cumpleaños, tu perro estropeando mis zapatos, una sudadera, tu camisón entre nosotros, una charla en la banca del parque, el sobre de cartas sin entregar, tu cabello rojo, la ducha juntos, mariposario de Chapultepec, luz de día, el café de la parroquia, malecón, incendiar la calurosa noche, llevarte al baño y detener tu cabello, mudanzas, una foto con dedicatoria, fiestas de cumpleaños, enseñar a andar en bici, muebles para llenar la casa, primera comunión, navidades, reyes, me voy, ¿cuándo regresan?, no puedo con esto, aquí me quedo, ya no es lo mismo, cine como dos extraños...

Con poco más que decir, confundido, entre triste y desubicado mi voz cede al silencio y no sale nada mejor. Así que toma tu sudadera, tu brillante mirada angelical y emprende el viaje. Busca tu lugar, quédate en la memoria y vete.

Vete y no mires atrás.

Aquí me quedo pensando si lo hice bien o mal. Si tuve algo por hacer para impedir la despedida. Si nos quedaron noches por vivir o las gastamos todas.

Por mi parte, aquí me quedo.

Y me quedo,
al fin,
contigo.

miércoles, junio 26, 2013

Miedo

Lo que siento al pensar que algún día voltees a mirar a quien camina a tu lado mientras toma tu mano y que no sea yo. Que el "te amo" que escapa de tus labios no sea para mis oídos.

Eso es miedo.

martes, junio 25, 2013

No quiero dormir despierto

Otra noche sentado frente al monitor.


Llevo varios días con el firme propósito de escribir algo prendido de entusiasmo y color, unas pinceladas de esperanza en este cuadro compuesto de matices grises.


Quisiera que cada palabra plasmada mitigara las frías sombras que en estos tiempos nos envuelven. Cada coma fuera una nueva ilusión. Cada nuevo punto un motivo más para el olvido.

La realidad es otra muy distinta. La imaginación no la podemos forzar. Tiene que fluir sin condición.

¿Dónde quedó mi rebeldía? ¿En qué momento las olas de este tiempo absorbieron mi coraje?

En el monitor veo reflejado el rostro de mi fiel amigo, siempre pendiente a la voz de su amo. Al verlo comprendo la metamorfosis por la cual estoy pasando.

¿En qué instante me vacunaron contra la rabia? ¿En qué etapa de mi vida me acostumbre al bozal?

Los días pasan y me siento envejecer a pasos agigantados. No importa la condición del amo, allí estoy yo, fiel servidor, como mero perro faldero. Hubo una época en la que nos hubiésemos hecho paso a mordiscos ante tanta injusticia.

Hoy la realidad es distinta. Apenas se escapa algún ladrido perdido e inmediatamente se pierde en el vacío.

Quiero volver a ver con mis ojos. Deseo tornar a distinguir los colores. Que llegue a mí el aroma de la libertad. 

Anheló saborear el gusto del sueño sereno.

lunes, junio 24, 2013

Ciento cincuenta y cuatro

Los he contado. Ciento cincuenta y cuatro días a la fecha separados.

Dicen que el tiempo cura todo. Debo ser inmune a ese remedio, me siento tan miserable como el primer día. Peor, de hecho. Albergaba una esperanza, una luz que iluminaba mis negros y aciagos días, y esa flama recién fue extinguida.

Cinco meses y tres días, doce horas y quince minutos. Lo sé porque el único sonido en casa es el incesante tic-tac del reloj. Sin sus voces, sin sus risas este lugar es un mausoleo donde quedaron encerrados mis huesos. Por lo menos ese sonido me recuerda que mi corazón todavía late, aunque a esto no se le puede llamar vivir.

Trato de mantener los cuartos cerrados, no sea que salga de pronto algún recuerdo y me tome por sorpresa. Cuando sucede me toma días sacudírmelo de encima, y su peso sobre mis hombros me causa un dolor de espalda terrible.

Tres mil setecientas ocho horas y veinte minutos.

Esa cuenta tiende al infinito.

Como mi tristeza.

domingo, junio 23, 2013

martes, junio 18, 2013

Llueve en casa

Me he pasado toda la mañana recogiendo agua en la sala. No es que se haya roto ninguna tubería, ni tampoco que la lavadora se haya estropeado por los trapos sucios de todos estos años de relación. Es que, desde que te has ido, no deja de llover en casa.

¿Sabes lo difícil que es preparar la ensalada con un paraguas en la mano, o aguantar cada mañana la reprimenda de la vecina que se queja de las goteras? ¿Te haces una idea del estrés que supone tener que zambullirme bajo el agua para abrir la llave y poder prepararme un café? ¿O despertar en mitad de la madrugada sobresaltado, cayendo en la cuenta de que he olvidado regar las plantas?

No dejo de quitar nubes de lo alto del armario. Nubes grises, nubes negras. Nubes de todos los colores y texturas.

¿Crees que no me daba cuenta de cómo brillabas cuando salías por la puerta? Te ibas radiante, de sobra sabía que te habías llevado puesto el sol. Menos mal que aún conservo un trozo de luna llena que ilumina, al menos, los rincones más oscuros de nuestra habitación. De lo contrario jamás me atrevería a mirar en ellos, por si tropiezo con recuerdos y en ellos salimos tú y yo.

Y te sorprende que la luna esté de mi lado. ¿Quién crees que le platicaba cada noche en la ventana? Al final, cuando empezó a refrescar y me vi obligado a cerrarla, sin decirme nada, se coló en la habitación.

Pero ahora tengo miedo. Miedo de no volver a ver la luz del día. ¿Qué hago yo sin halo de luz que refleje lo que fuimos? ¿Qué hago yo, si ahora casi siempre es de noche y llueve?

Me he pasado la mañana con antigripales y el impermeable puesto.  ¿Qué más da que cierre ahora las ventanas, si el vendaval está en casa? ¿Para qué las mantas y los abrigos, si mi frío lo llevo dentro?

Te has ido y ya no brilla el sol. Las gotas apagan mis cigarros e inundan el café. El techo está gris y ya no sé si llueve aquí o acaso lloro yo. Lo único que sé es que me atrapan las raíces en el pasillo, que mi canoa se parte en los rápidos que descienden escaleras abajo, que el fango me atrapa en la cocina, que mi camino se hunde y mis huellas desaparecen. Que en el baño se ha roto el espejo y que los siete años de ruina comenzaron en el momento en que al mirarlo ya sólo me veía a mi.
 

Está bien, vete a donde quieras con nuestra historia si es lo que deseas.
Pero eso sí, un último favor te pido.
Al salir, si puedes, déjame encendidas las estrellas. 

martes, junio 04, 2013

De plurales y singulares

Dejar en desuso el pronombre personal en singular y sustituirlo por el plural es signo inequívoco de amor o, cuando menos, de sentirse cómplice de algo que es mayor a la suma de sus partes. Al paso del tiempo se convierte también en un hábito. Se utiliza siempre el "nosotros" al hablar de planes y proyectos.


Lo que nunca dijo nadie es lo difícil de intentar realizar ese proceso a la inversa.

Jamás llegué a pensarlo.

lunes, mayo 27, 2013

Y...

Te has ido, pero sigues conmigo
No te veo, pero estás presente
No te puedo abrazar, pero te siento

¿Sientes mi amor por ti?
Te he visto en mi sueño, me has dicho
Que te vas, que tienes que irte
Que regresarás a verme en poco tiempo
Que te mire y te recuerde así…

Amor, mi pequeño amor
Mi mente vuela, vuela sin encontrar el camino
Y te veo, te veo en mi corazón
Y mi corazón llora, y tú limpias mis lágrimas
Y me quieres, y me amas
Y yo no te puedo abrazar, no te puedo besar
Pero te amo, amor sincero, amor de padre
Amor de siempre…

jueves, febrero 14, 2013

Estaba pensando en ti

Estaba pensando en ti,
en mí, en nosotros.

En ti sin mí
y en mí, contigo.

En el abrigo que nos proporcionan nuestros sueños
cuando soñamos juntos.

En nuestros mundos que son tan distantes, tan distintos,
en el vino tinto de tus labios,
en los varios besos que nos quedan por vivir.

Estaba pensando en salir por la puerta oculta
o beberme cicuta y declararme culpable.

Estaba pensando en el sable que cortó nuestros cables
y nos hizo caer al suelo,
indefensos,
como cualquier otro títere.

Estaba pensando en Eurípides y en Hipócrates, el galeno,
y en el amor que es un veneno que mata si no muere.

Estaba pensando en que eras el más perfecto de mis versos
y el más sutil de mis placeres.