lunes, junio 30, 2008

Nada en mi está completo

Esa noche, tu cuerpo en el mío
hacían fantasmas con las sábanas,
tus cabellos, como hilos diminutos,
frágiles, bellos y simples, tan llenos de ti,
apuntaban a mi cuerpo desarmado,
y tus caderas en las mías,
como mar embravecido
me afilaba el deseo.

Ahora encuentro a tu ombligo,
tu cuerpo de espaldas al mío
como mariposa en verso me
agita sus gestos.
No hay en el cielo claridad distinta
mas sólo la luna nuestra, tu vientre
se apoya en mi pecho y mis labios
perdidos en el éxtasis cuando
la luna se oculta conocen tus pechos.

Yo no he terminado un verso
hasta que lo comparto contigo.
Amo ese arco hecho cuerpo de tu carne,
sobre el mío, amo ese gesto que
se parece a un gato a la hora del amor,
cuando no existe el plural.

¡Amo ese aliento que se enreda entre nosotros!,
cuando en el sur de tu cuerpo naufrago.
Nada en mi está completo,
hasta que contigo lo comparto.