Llenas mi corazón de amor
Cuando descubro complicidad a tu lado
Cuando descubro que la forma de mirarnos
Es precisamente nuestra particular forma de amarnos
Llenas mi vida de amor
Cuando encuentro motivos para sonreír
Cuando encuentro ilusiones por compartir
Cuando te conviertes en mi forma de vivir
Llenas mis momentos de paz
Días y noches enteros
Cuando logro dormir tranquilo
Por saber que estas a mi lado
Has llenado mi amor
Cada espacio de mi interior
Has robado todos mis pensamientos
Has elevado cada uno de mis instintos
Has cautivado todos y cada uno de mis sentimientos
miércoles, agosto 20, 2008
lunes, junio 30, 2008
Nada en mi está completo
Esa noche, tu cuerpo en el mío
hacían fantasmas con las sábanas,
tus cabellos, como hilos diminutos,
frágiles, bellos y simples, tan llenos de ti,
apuntaban a mi cuerpo desarmado,
y tus caderas en las mías,
como mar embravecido
me afilaba el deseo.
Ahora encuentro a tu ombligo,
tu cuerpo de espaldas al mío
como mariposa en verso me
agita sus gestos.
No hay en el cielo claridad distinta
mas sólo la luna nuestra, tu vientre
se apoya en mi pecho y mis labios
perdidos en el éxtasis cuando
la luna se oculta conocen tus pechos.
Yo no he terminado un verso
hasta que lo comparto contigo.
Amo ese arco hecho cuerpo de tu carne,
sobre el mío, amo ese gesto que
se parece a un gato a la hora del amor,
cuando no existe el plural.
¡Amo ese aliento que se enreda entre nosotros!,
cuando en el sur de tu cuerpo naufrago.
Nada en mi está completo,
hasta que contigo lo comparto.
hacían fantasmas con las sábanas,
tus cabellos, como hilos diminutos,
frágiles, bellos y simples, tan llenos de ti,
apuntaban a mi cuerpo desarmado,
y tus caderas en las mías,
como mar embravecido
me afilaba el deseo.
Ahora encuentro a tu ombligo,
tu cuerpo de espaldas al mío
como mariposa en verso me
agita sus gestos.
No hay en el cielo claridad distinta
mas sólo la luna nuestra, tu vientre
se apoya en mi pecho y mis labios
perdidos en el éxtasis cuando
la luna se oculta conocen tus pechos.
Yo no he terminado un verso
hasta que lo comparto contigo.
Amo ese arco hecho cuerpo de tu carne,
sobre el mío, amo ese gesto que
se parece a un gato a la hora del amor,
cuando no existe el plural.
¡Amo ese aliento que se enreda entre nosotros!,
cuando en el sur de tu cuerpo naufrago.
Nada en mi está completo,
hasta que contigo lo comparto.
viernes, mayo 16, 2008
¿Quien soy yo?
Empecemos por el principio.
Aparte de un pobre diablo
soy un triste ser solitario,
un simple perdedor...
Mi vida está marcada por la soledad.
Siempre creciendo solo,
buscando solo y a veces
muriendo solo...
Puedes preguntarme quién soy yo,
y así podré decirte que soy un ser amado
por mi fiel soledad...
Ya sé que lo que digo es reiterativo,
pero así es la soledad, muy insistente,
encadenada a mi vida, disuelta en mis venas...
Si me veo al espejo veo un ser nostálgico,
con unos ojos tristes e interrogantes,
con el alma al suelo,
con miedo en el mañana...
Así que al verme concluyo
que el mío es el rostro de un solo.
Un solo rostro, una sola mirada,
una sola vida, o una vida sola...
¿Por qué tan solo? -me preguntas-
No lo sé, tengo muchas cicatrices.
Quizá la soledad las cura
o las mantiene vivas (ojalá lo supiera)
Es mejor que me vaya.
La verdad, no quiero ser grosero,
lo que pasa es que más bien,
quiero estar solo...
Aparte de un pobre diablo
soy un triste ser solitario,
un simple perdedor...
Mi vida está marcada por la soledad.
Siempre creciendo solo,
buscando solo y a veces
muriendo solo...
Puedes preguntarme quién soy yo,
y así podré decirte que soy un ser amado
por mi fiel soledad...
Ya sé que lo que digo es reiterativo,
pero así es la soledad, muy insistente,
encadenada a mi vida, disuelta en mis venas...
Si me veo al espejo veo un ser nostálgico,
con unos ojos tristes e interrogantes,
con el alma al suelo,
con miedo en el mañana...
Así que al verme concluyo
que el mío es el rostro de un solo.
Un solo rostro, una sola mirada,
una sola vida, o una vida sola...
¿Por qué tan solo? -me preguntas-
No lo sé, tengo muchas cicatrices.
Quizá la soledad las cura
o las mantiene vivas (ojalá lo supiera)
Es mejor que me vaya.
La verdad, no quiero ser grosero,
lo que pasa es que más bien,
quiero estar solo...
jueves, mayo 15, 2008
A veces la poesía se revela en formas extrañas.
Mariposa unas, colmillos de una bestia en otras. Pero siempre está ahí... La siento más que un ángel guardián, es una ventaja en la vida, un corazón ajeno, un dolor que no me mata, una versión de mí mismo que no se da a conocer. Sólo existe.
Es como ver la belleza en la muerte, o los ojos de un ciego. Porque de la poesía no sé nada, sólo siento cómo penetra poco a poco en mis poros y me llena de su aliento embriagador. Sólo sé entonces que no hay visión más distorsonada que la de mi mente enloquecida, o que hay fuerza en las palabras como para crear dioses. Tal pareciera que los secretos del mundo se revelan lentamente cuando la poesía fluye por tus venas. Te sientes poseedor de una verdad desconocida; un ser más qué único: un híbrido entre amante y masoquista, la expresión plena de la desilusión.
No creo que yo sea un poeta. A veces bebo pequeños sorbos de su dulce néctar, y dejo que la realidad pierda sentido para hundirme en mi propio mar. Me gustan esas noches cálidas cuando tengo a un poeta por imaginaria compañía, la bohemia sacudiendo el ambiente, y cada palabra se tergiversa en un sinfín de metáforas y significados ocultos, listos para ser interpretados. Amo la sonrisa de la Musa, quien con un guiño mueve mi pluma y con un gesto derrumba mi ilusión. Espero con paciencia que me visiten los fantasmas; el olvido no puede con ellos, y han de traerme noticias de mi pasado, balas para mi artillería de versos.
A veces la poesía simplemente no se revela. Y escribes y escribes, no sabes qué es lo que estás diciendo, solo dejas que cada palabra se explique por sí misma y el contexto pierda forma. Que no haya más ruido que un sollozo ahogado de la Luna. El viento se desliza por debajo de tu cama, y se lleva consigo el deseo del año pasado, las estrellas que guardaste para no olvidar, un amor que nunca cultivaste lo suficiente. Y puedes reír con regocijo, saberte solo y humillado, y aún así dejar que tu boca dibuje una sonrisa plena. ¿Será que hay más de un filo en toda arma poética?
Lo mejor que sé de la poesía es que existe. Y que nunca la he de abandonar. Que de alguna enfermiza manera será un camino alterno, que quizá me lleve a la destrucción, que es muy posible que muera ahogado en la tinta de mis sueños. Pero nunca renunciaré al acariciado deseo de vivir como humano y fallecer como poeta.
Mariposa unas, colmillos de una bestia en otras. Pero siempre está ahí... La siento más que un ángel guardián, es una ventaja en la vida, un corazón ajeno, un dolor que no me mata, una versión de mí mismo que no se da a conocer. Sólo existe.
Es como ver la belleza en la muerte, o los ojos de un ciego. Porque de la poesía no sé nada, sólo siento cómo penetra poco a poco en mis poros y me llena de su aliento embriagador. Sólo sé entonces que no hay visión más distorsonada que la de mi mente enloquecida, o que hay fuerza en las palabras como para crear dioses. Tal pareciera que los secretos del mundo se revelan lentamente cuando la poesía fluye por tus venas. Te sientes poseedor de una verdad desconocida; un ser más qué único: un híbrido entre amante y masoquista, la expresión plena de la desilusión.
No creo que yo sea un poeta. A veces bebo pequeños sorbos de su dulce néctar, y dejo que la realidad pierda sentido para hundirme en mi propio mar. Me gustan esas noches cálidas cuando tengo a un poeta por imaginaria compañía, la bohemia sacudiendo el ambiente, y cada palabra se tergiversa en un sinfín de metáforas y significados ocultos, listos para ser interpretados. Amo la sonrisa de la Musa, quien con un guiño mueve mi pluma y con un gesto derrumba mi ilusión. Espero con paciencia que me visiten los fantasmas; el olvido no puede con ellos, y han de traerme noticias de mi pasado, balas para mi artillería de versos.
A veces la poesía simplemente no se revela. Y escribes y escribes, no sabes qué es lo que estás diciendo, solo dejas que cada palabra se explique por sí misma y el contexto pierda forma. Que no haya más ruido que un sollozo ahogado de la Luna. El viento se desliza por debajo de tu cama, y se lleva consigo el deseo del año pasado, las estrellas que guardaste para no olvidar, un amor que nunca cultivaste lo suficiente. Y puedes reír con regocijo, saberte solo y humillado, y aún así dejar que tu boca dibuje una sonrisa plena. ¿Será que hay más de un filo en toda arma poética?
Lo mejor que sé de la poesía es que existe. Y que nunca la he de abandonar. Que de alguna enfermiza manera será un camino alterno, que quizá me lleve a la destrucción, que es muy posible que muera ahogado en la tinta de mis sueños. Pero nunca renunciaré al acariciado deseo de vivir como humano y fallecer como poeta.
jueves, marzo 06, 2008
Ocho ¿secretos ?
He recibido una invitación de adri a contestar una meme llamada ocho secretos. Sin más preambulos escribo ocho cosas que ahora serán del dominio público:
1. La primera ocasión que ví nevar fué en la sierra de Durango. Hacía un frío que calaba los huesos, sin embargo es uno de los recuerdos más cálidos que tengo de mi padre.
2. Me gusta comerme la pasta que ha sido freida para preparar la sopa, con sal.
3. Jamás me he roto un solo hueso, y eso que siempre fuí un niño bastante inquieto.
4. Tenía un lunar en la uña del pulgar derecho. En la escuela siempre me preguntaban con qué me había machucado, parecía moretón. Decía mi madre que era porque me chupaba el dedo, lo cierto es que con la edad terminó por desaparecer.
5. A veces no recuerdo como se dice algo en español, sin embargo recuerdo el vocablo en inglés. Me desespera que suceda.
6. Mi mejor amigo es mi hermano. Un año menor que yo pero con el doble de determinación.
7. No puedo salir a ningún lado sin llevar mi iPod y mi cámara.
8. Soy alérgico a la nuez.
1. La primera ocasión que ví nevar fué en la sierra de Durango. Hacía un frío que calaba los huesos, sin embargo es uno de los recuerdos más cálidos que tengo de mi padre.
2. Me gusta comerme la pasta que ha sido freida para preparar la sopa, con sal.
3. Jamás me he roto un solo hueso, y eso que siempre fuí un niño bastante inquieto.
4. Tenía un lunar en la uña del pulgar derecho. En la escuela siempre me preguntaban con qué me había machucado, parecía moretón. Decía mi madre que era porque me chupaba el dedo, lo cierto es que con la edad terminó por desaparecer.
5. A veces no recuerdo como se dice algo en español, sin embargo recuerdo el vocablo en inglés. Me desespera que suceda.
6. Mi mejor amigo es mi hermano. Un año menor que yo pero con el doble de determinación.
7. No puedo salir a ningún lado sin llevar mi iPod y mi cámara.
8. Soy alérgico a la nuez.
domingo, febrero 10, 2008
La visita
Hoy después de mucho tiempo me visitó una vieja amiga… la querida y a la vez odiada soledad. ¡Bueno, ya qué! Admito que tiene su encanto de vez en cuando, pero hay veces en que la detesto como no tienes idea, y quisiera que ni siquiera tocara mi puerta.
Lo peor de todo es que cuando hoy tocó a mi puerta tenía una gran maleta ¿Será que piensa quedarse mucho tiempo? Espero que no… porque me tocará aprender a disfrutar de su encanto y simplemente no me provoca. La compañía se me ha vuelto un vicio últimamente y estar solo de nuevo me fastidia. Llegué a mi casa y me di cuenta de que se acabó. Sí, ya se acabó. Mis amigos se van, otros están de vacaciones, el resto en un curso especial. Realmente lo que espero es que sigamos en contacto.
Ya empezó la vocecita fastidiosa en mi cabeza diciendo que todo lo que pasa es para bien, que las cosas mejoran y que los cambios tienen que ocurrir. Aja, yo sé. Pero simplemente no me da la gana llevarme bien con los cambios porque me dan rabia, me duelen y en muchos casos me parecen injustos. Que mañana todo será color de rosa, ¡no me importa! ¡Para mí hoy es negro y yo vivo en presente, no en futuro! Y otra vez la amiga me dice que hasta que no me acostumbre a ella de nuevo no me va a dejar. Qué fastidio. Bueno, quizá esta visita pueda dejarme algo bueno. Después de todo ya he compartido con ella antes, y pensándolo en frío hasta me viene bien de vez en cuando saber de ella…
Lo peor de todo es que cuando hoy tocó a mi puerta tenía una gran maleta ¿Será que piensa quedarse mucho tiempo? Espero que no… porque me tocará aprender a disfrutar de su encanto y simplemente no me provoca. La compañía se me ha vuelto un vicio últimamente y estar solo de nuevo me fastidia. Llegué a mi casa y me di cuenta de que se acabó. Sí, ya se acabó. Mis amigos se van, otros están de vacaciones, el resto en un curso especial. Realmente lo que espero es que sigamos en contacto.
Ya empezó la vocecita fastidiosa en mi cabeza diciendo que todo lo que pasa es para bien, que las cosas mejoran y que los cambios tienen que ocurrir. Aja, yo sé. Pero simplemente no me da la gana llevarme bien con los cambios porque me dan rabia, me duelen y en muchos casos me parecen injustos. Que mañana todo será color de rosa, ¡no me importa! ¡Para mí hoy es negro y yo vivo en presente, no en futuro! Y otra vez la amiga me dice que hasta que no me acostumbre a ella de nuevo no me va a dejar. Qué fastidio. Bueno, quizá esta visita pueda dejarme algo bueno. Después de todo ya he compartido con ella antes, y pensándolo en frío hasta me viene bien de vez en cuando saber de ella…
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