Empecemos por el principio.
Aparte de un pobre diablo
soy un triste ser solitario,
un simple perdedor...
Mi vida está marcada por la soledad.
Siempre creciendo solo,
buscando solo y a veces
muriendo solo...
Puedes preguntarme quién soy yo,
y así podré decirte que soy un ser amado
por mi fiel soledad...
Ya sé que lo que digo es reiterativo,
pero así es la soledad, muy insistente,
encadenada a mi vida, disuelta en mis venas...
Si me veo al espejo veo un ser nostálgico,
con unos ojos tristes e interrogantes,
con el alma al suelo,
con miedo en el mañana...
Así que al verme concluyo
que el mío es el rostro de un solo.
Un solo rostro, una sola mirada,
una sola vida, o una vida sola...
¿Por qué tan solo? -me preguntas-
No lo sé, tengo muchas cicatrices.
Quizá la soledad las cura
o las mantiene vivas (ojalá lo supiera)
Es mejor que me vaya.
La verdad, no quiero ser grosero,
lo que pasa es que más bien,
quiero estar solo...
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