Amanecí con tu recuerdo enredado entre mis sábanas,
y tu sonrisa traviesa diluyéndose en mi café,
me lo bebí despacio, sorbo a sorbo, disfrutándolo,
pretendiendo, ansioso, incorporarla así a mi ser.
Amanecí nostálgico, evocador de tus amores,
ésos que no sé si un día tuve o sólo soñé
embriagado con el recuerdo de tus dulces besos,
ésos que dormido ávido disfruté.
Amanecí desabrigado del cobijo de tus caricias,
ésas que tiernas entibian el frío que invade mi ser,
desperté con una lágrima atorada en mi pestaña,
gota salada que temblorosa se negaba a caer.
sábado, mayo 07, 2011
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