viernes, noviembre 23, 2007

Amor

Amor, ¿sabes? Sentir tu cuerpo desnudo junto al mío, fue el premio más grande que me dio la vida por amarte. Mis manos paseándose palmo a palmo sobre tu piel perfumada, descubriendo la enorme grandeza del amor. Y la maravilla de tu rostro al ascender a la cima del amor.

¡Ah! Qué maravilla ver tu rostro en ese preciso instante y después sentir como el aroma de tu cuerpo se había quedado impregnado en mi piel como queda el rocío impregnado sobre el césped en una linda mañana de verano haciéndole compañía.

Gracias, amor, por el obsequio más grande y hermoso que el amor mismo puede otorgar.

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