Me queda toda una vida para olvidarte pero no sé si será suficiente tiempo. Me queda toda una vida para acostumbrarme a vivir sin ti pero no sé si pueda hacerlo. Porque no basta una vida por delante para dejar atrás mi vida contigo. Ni tampoco hay tanto tiempo en el futuro como para poder olvidarme de lo nuestro. ¿Bastaría la eternidad? Quizás sí, pero tal vez seguiría pensando en ti todo ese tiempo.
Por eso mientras tanto voy a subastar algunas cosas: viejas ideas, frases trilladas, promesas rotas, te quieros falsos, te odios ciertos, suspiros rancios. Y tiraré algunas otras: decenas de minutos desperdiciados, cajas llenas de lamentos, brindis amargos, estúpidos rencores y sueños caducados.
Me queda toda una vida por vivir, es cierto. Pero ahora mismo me siento ser un otro, como una lluvia que no moja, como una llama que no quema, como una playa sin arena, como un pecado sin su pena, como una fecha que no llega, como exiliado en propia tierra. Mis lágrimas se aferran por no salirse de mis ojos, se contienen, se aglomeran hasta nublarme la vista. Y ¿todo para qué? Para no llorar tu ausencia. Mis labios se marchitan, se resecan y se agrietan. No es el sol quien me los quema. No. Simplemente... son tus labios que no besan.
1 comentario:
Buen blog! aunque me gusta mas el otro... me brinca la duda del por que ya no escribes... y sip el video habla de la politica gringa en medio oriente, pero nadie se dio cuenta :(
bueno! tu si! gracias por visitar!
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